viernes, 30 de enero de 2009

En pelotas


Lo cierto es que me apreté bien las seguridades antes de ir a verte;
pasé tres largas horas eligiéndole la camisa a mi ética,
la corbata a mi moral,
y buscando el pantalón a juego con mi estoicismo.
Me estuve mirando un rato en el espejo,
peinándome los ideales
y afeitándome las ideas,
incluso antes de salir de casa,
me eché dos gotas de confianza
en el cuello y en la nuca.

Ahora ya sé que eso no es mas que echar la tarde a la basura
porque fue llegar esa noche al bar,
mirarnos,
y quedarme en pelotas.

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